La historia nos remonta a principios del Siglo pasado en donde clubes de barrio, por aquel entonces, competían por amor a la camiseta, por el orgullo de llevar una estampa y conseguir el prestigio que otorga una victoria en los partidos de tamaña talla. Paternidades, peleas, cargadas y demás son el espíritu que alimenta este tipo de encuentros. Todos esperan el clásico, y lo quieren ganar.
Con el correr de los años, los cambios sociales, económicos y políticos de nuestro país el fútbol no fue la excepción. Las rivalidades crecieron, la gente tomo un protagonismo desmedido y la violencia fue aumentando. Al principio eran piñas entre hinchadas, luego aparecieron las piedras y las botellas para culminar con armas de fuego y terminar con humildes ilusiones de gente que vio la muerte.
En lo que a fútbol respecta, no podemos obviar el estado emocional que generan este tipo de partidos. El estado mental toma fundamental relevancia, y no importa como cada equipo llegue al clásico. Innumerables son los encuentros en que el de arriba perdió con el de abajo, porque se siguen jugando mas que tres puntos. Es de caracter inminente que cada jugador deje el alma en estos juegos, y las fuerzas salen a relucir a través del deseo de lograr una victoria.
Tempo y Chiroli, Tricolores y Chiroleros, Blancos y Negros se enfrentarán el próximo sábado en Vixen. Las magnitudes de la gente no concuerda en nada con lo que acontece en el profesionalismo. El alma, el espíritu y el hambre de gloria son idénticos. Los 14 que entren en cancha, mas los de afuera vibrarán y dejarán energías por demás por quedarse con este nuevo clásico, que mas adelante repasaremos en historia (3 a 1 en partidos a favor del Chirolero). La mente esta puesta en ganar, pero AC Tempo sabe que no le será facil, enfrente está uno de sus verdugos, es responsabilidad de los hombres Tricolores hacer que la historia cambie, y más sabiendo que tres puntos mas lo mantendrían en lo mas alto, sacando una leve ventaja.
Con el correr de los años, los cambios sociales, económicos y políticos de nuestro país el fútbol no fue la excepción. Las rivalidades crecieron, la gente tomo un protagonismo desmedido y la violencia fue aumentando. Al principio eran piñas entre hinchadas, luego aparecieron las piedras y las botellas para culminar con armas de fuego y terminar con humildes ilusiones de gente que vio la muerte.
En lo que a fútbol respecta, no podemos obviar el estado emocional que generan este tipo de partidos. El estado mental toma fundamental relevancia, y no importa como cada equipo llegue al clásico. Innumerables son los encuentros en que el de arriba perdió con el de abajo, porque se siguen jugando mas que tres puntos. Es de caracter inminente que cada jugador deje el alma en estos juegos, y las fuerzas salen a relucir a través del deseo de lograr una victoria.
Tempo y Chiroli, Tricolores y Chiroleros, Blancos y Negros se enfrentarán el próximo sábado en Vixen. Las magnitudes de la gente no concuerda en nada con lo que acontece en el profesionalismo. El alma, el espíritu y el hambre de gloria son idénticos. Los 14 que entren en cancha, mas los de afuera vibrarán y dejarán energías por demás por quedarse con este nuevo clásico, que mas adelante repasaremos en historia (3 a 1 en partidos a favor del Chirolero). La mente esta puesta en ganar, pero AC Tempo sabe que no le será facil, enfrente está uno de sus verdugos, es responsabilidad de los hombres Tricolores hacer que la historia cambie, y más sabiendo que tres puntos mas lo mantendrían en lo mas alto, sacando una leve ventaja.
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